El Cartel de los Soles: El Socialismo es Terrorismo - Parte 1. ☠️馃敨

 Origen militar y pol铆tico.


El Cartel de los Soles no naci贸 como un cartel cl谩sico de la droga, sino como una red incubada dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas, estrechamente vinculada a la evoluci贸n del socialismo del siglo XXI en latino america.


Su ra铆z puede rastrearse al Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), fundado en 1983 por un grupo de oficiales j贸venes de la Academia Militar encabezados por Hugo Ch谩vez. Esta organizaci贸n socialista y clandestina organiz贸 los golpes de Estado de febrero y noviembre de 1992 contra el presidente Carlos Andr茅s P茅rez.


El t茅rmino “Cartel de los Soles” aparece por primera vez en investigaciones de los a帽os 90 y se relacion贸 inicialmente con generales de la Guardia Nacional (las “estrellas/soles” en los hombreros de los generales). Fue usado en reportes y medios cuando, en 1993, se investigaron a altos mandos de la Guardia vinculados al tr谩fico de drogas.

Con los a帽os esa etiqueta dej贸 de referirse a un solo grupo jer谩rquico y pas贸 a ser un t茅rmino paraguas para describir la mezcla de corrupci贸n, protecci贸n institucional y participaci贸n de funcionarios estatales en tr谩fico il铆cito dentro de Venezuela. Analistas se帽alan que hoy puede describir desde redes militares corruptas hasta acuerdos puntuales entre oficiales, pol铆ticos de todos los colores, artistas internacionales y  l铆deres del narco. 


Aunque no todos los actuales oficiales se帽alados como miembros del Cartel de los Soles participaron directamente en los golpes de estado liderados por Hugo Chavez , muchos proven铆an de las mismas promociones militares o formaban parte del mismo c铆rculo conspirativo. Tras el fracaso de la revoluci贸n armada, varios de ellos fueron encarcelados y posteriormente amnistiados en 1994 por el presidente dem贸crata cristiano Rafael Caldera quien gobernaba junto a una coalici贸n de centro izquierda llamada Convergencia Nacional.


La revoluci贸n como negocio (1999-2005)


Con la llegada de Ch谩vez al poder en 1999, los militares que hab铆an compartido celda y conspiraciones fueron ascendidos a posiciones estrat茅gicas. Diosdado Cabello se convirti贸 en vicepresidente, gobernador, presidente de la Asamblea Nacional; Hugo Carvajal fue nombrado jefe de inteligencia militar (DIM); Cl铆ver Alcal谩 pas贸 a manejar guarniciones estrat茅gicas. Todos ellos fueron acusados, en diferentes momentos, de usar sus cargos para facilitar el paso de coca铆na desde Colombia hacia Venezuela, y de all铆 a 脕frica y Europa.


En estos a帽os se forj贸 la alianza con las principales organizaciones terroristas de Am茅rica Latina, como por ejemplo:  Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), El Cartel de Sinaloa (Organizaci贸n narco terrorista mexicana, CDS),  Frente Sandinista de Liberaci贸n Nacional (FSLN, Nicaragua), Movimiento Revolucionario Tupamaro (Venezuela, no confundir con T煤pac Amaru) y Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional (ELN Colombia) quienes prove铆an la coca铆na y la trata de personas. Venezuela se transform贸 en la autopista ideal, puertos, aeropuertos y pasos fronterizos quedaron bajo control de generales chavistas que no respond铆an a la ley, sino al proyecto revolucionario y a sus propios bolsillos. 


Consolidaci贸n y expansi贸n (2005-2013)


A partir de 2005, organismos como la DEA y fiscales federales de EE.UU. comenzaron a documentar de manera sistem谩tica la participaci贸n de altos mandos venezolanos en el tr谩fico de drogas. Informes de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) sancionaron a figuras como Carvajal y a los sobrinos de la primera dama Cilia Flores. En 2008, el Departamento del Tesoro de EE.UU. se帽al贸 oficialmente a Hugo Carvajal, Henry Rangel Silva (ministro de Defensa), y Ram贸n Rodr铆guez Chac铆n (exministro del Interior) por v铆nculos directos con las FARC y con operaciones de narcotr谩fico.

El Cartel de los Soles se convirti贸 entonces en una estructura paralela de poder. No necesitaba esconderse: funcionaba desde las instituciones. El Ej茅rcito, la Guardia Nacional y los servicios de inteligencia eran los custodios del negocio. La coca铆na colombiana entraba por Apure y Zulia, se almacenaba en pistas clandestinas y luego part铆a en avionetas hacia Honduras, Rep煤blica Dominicana, Guinea-Bissau y Espa帽a. Cada cargamento estaba protegido por la “sombra dorada” de los soles militares.


Maduro y la radicalizaci贸n del narco-Estado (2013 en adelante)


Tras la muerte de Ch谩vez en 2013, Nicol谩s Maduro hered贸 no solo el poder pol铆tico sino tambi茅n las redes criminales que manten铆an en pie al r茅gimen. Con la ca铆da de los precios del petr贸leo, el narcotr谩fico pas贸 de ser un negocio paralelo a convertirse en una fuente central de divisas para sostener al Estado.


En 2020, el Departamento de Justicia de EE.UU. acus贸 formalmente a Maduro y a Cabello de “narcoterrorismo” y ofreci贸 recompensas millonarias por informaci贸n que llevara a su captura. La acusaci贸n detallaba c贸mo el Cartel de los Soles hab铆a colaborado con las FARC durante dos d茅cadas para inundar de coca铆na a Estados Unidos. Lejos de ser una ficci贸n, era la constataci贸n de que un gobierno hab铆a mutado en un cartel transnacional.


El Estado como organizaci贸n criminal.


En Venezuela, los soles dorados dejaron de ser s铆mbolos de honor para convertirse en la marca registrada de un negocio sangriento. Mientras millones de venezolanos hu铆an del hambre y la represi贸n, sus gobernantes usaban al Estado como un holding criminal: petr贸leo, oro del Arco Minero, contrabando de gasolina y, sobre todo, coca铆na.


Lo que Pablo Escobar so帽贸 en Colombia —dominar Am茅rica desde las entra帽as del poder pol铆tico— se concret贸 en Venezuela. Escobar entend铆a bien d贸nde resid铆a el verdadero poder: en las Fuerzas Armadas, en los ministerios, en el monopolio de la violencia. No pudo cumplir ese sue帽o, pero la idea sobrevivi贸 y fue recogida por los nuevos capos que encontraron en el socialismo su aliado natural. Porque al final, socialismo y narcotr谩fico comparten la misma esencia: el terrorismo.


As铆 se forj贸 una red que controla carreteras, aeropuertos, puertos y fronteras. Una red que trafica petr贸leo, oro, coca铆na, armas y hasta personas bajo la bandera del socialismo bolivariano. Esa no es la “desviaci贸n” de un gobierno: es el Estado desnudo, en su versi贸n m谩s pura y honesta, sin m谩scaras ni ret贸rica. Un Estado que, despojado de sus discursos, se revela como lo que es: una gigantesca organizaci贸n criminal con bandera, himno y uniforme.



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